Hay quien dice por ahí que los buenos tiempos del papel ya han llegado a su fin; que entre pdfs, kindles, podcasts y audiolibros, el libro tradicional quedará dentro de muy poco como un objeto curioso de coleccionismo y adorno de estanterías rústicas más que como algo que sirva para su propósito. Y me gustaría decir que están equivocados, pero no.
Durante mucho tiempo he defendido el formato tradicional de lectura y como autor siempre me he esforzado en que mis obras tuviesen una versión física a pesar de los costes tanto de impresión como distribución, por no hablar de todo el trabajo de maquetación y diseño que requiere un libro en papel. Y aunque siempre lo he hecho con convicción, desde hace un par de años me he visto obligado a renunciar a ello y rendirme ante las facilidades de lo virtual.
Podría hablar de la subida de los precios del papel, de las empresas de logística o de la desventaja de la autoedición “pura” frente a aquella que propician las falsas editoriales que aparecen como setas después de la lluvia, pero lo cierto es que siendo sincero conmigo mismo y con quienes puedan estar leyendo esto, no me da la vida para seguir dedicando tanto tiempo a publicar en papel. Escribir, maquetar, revisar mil veces, maquetar de nuevo, buscar ilustradores, diseñadores, correctores, hablar con la imprenta, establecer fechas, revisar fierros, esperar con el corazón en un puño que todo haya salido bien… y después promocionar el libro, hablar con ayuntamientos y asociaciones culturales para presentarlo… No más, por favor.
A partir de ahora y hasta nueva orden voy a ir publicando mis cosas sin prisas ni grandes ostentaciones en algunas de las muchas plataformas habilitadas para ello, sin costes para mí ni mis lectores, sin gastos que cubrir ni necesidades que saciar. Solo yo frente a la hoja de papel (virtual en este caso) igual que hacía en los viejos tiempos de escribir en parques y a la orilla del río para después tirar esos versos miserables en la papelera más cercana.
¡Ah, que casi se me olvida!
Todo esto venía para anunciar que tengo un nuevo relato en la calle, uno de esos que se escriben muy en serio pero que al terminarlos y releerlos te das cuenta de que todo el mundo se lo va a tomar muy en broma. Porque es mi primer romance, pero no entre humanos, al menos no todos, o por lo menos no todos lo parecen… ¿O sí?
Lo dicho. Echadle un vistacito si podéis pues está en formato PDF en la plataforma Lektu y también en lectura directa en eso que llaman Wattpad, pero no sé si se escribe así.