jueves, 3 de diciembre de 2020

El necesario resumen anual.

 


    Diciembre ha llegado y evoca la necesidad de mirar atrás, hacer balance del año y en el caso de este extraño 2020, agarrarnos a la conformista idea de que por lo menos, seguimos vivos. Pero no podría empezar esta entrada sin pedir disculpas por mi larga ausencia de este blog, que por si alguien se pasa por aquí sin saber qué ha sido de mi, podría pensar que me he dejado llevar por la apatía y el tedio para acabar abandonando esta enfermedad llamada escritura. Pero no.

   Para seros sincero, debo reconocer que comencé este año cargado de planes, ideas y eventos. Con mi último libro recién sacado del horno, decidí organizar una gira de presentaciones que con mucha (mucha, de verdad) dificultad logré ir cerrando con diferentes ayuntamientos y bibliotecas. Supongo que no haría falta decirlo, pero organizar algo tan sencillo como la presentación de un libro puede resultar muy costoso a nivel burocrático y uno termina encontrándose con varias piedras en el camino. En primer lugar diré que las presentaciones de libros en librerías son sencillas, ya que hay que dejar una buena parte de los beneficios al librero, pero al hacerlo a través de instituciones públicas la cosa es menos rentable para ellos y no se esfuerzan tanto en hacerlo posible. Solicitar locales, cuadrar horarios, ir a hablar con responsables varios, contactar con medios de comunicación… Al final se va muchísimo tiempo y al menos en mi caso, me habría resultado imposible sin ayuda. Pero como ya sabréis, en marzo llegó un virus letal desde el este y todas mis fechas fueron canceladas, dejándome encerrado en casa con un montón de cajas de libros que había reimpreso, con la consiguiente pérdida económica que ello me acarreó. Pero la vida debía seguir.


 

   Con toda la convulsión de la pandemia aproveché para cambiar mi trabajo de camionero, que me ocupaba la gran mayoría de mi tiempo, por uno que me dejaba abundante tiempo libre, y aunque he estado escribiendo mucho, el parón cultural que hemos sufrido ha hecho que no me tomase mis nuevos escritos muy en serio. En lugar de ello, aproveché para hablar con la diectora del canal de televisión local para proponerle presentar un programa sobre literatura, algo a lo que accedió y que en estos momentos se está emitiendo con una frecuencia quincenal y que me resulta sumamente divertido y estimulante.

   Y como no, aproveché para sacar a la luz dos proyectos que tenía en cola. El primero fue “Lejos de Wonderland”, la siguiente entrega de la saga que partió de ese ya lejano “La onomatopeya del ladrido y otros relatos pulp”. Y el segundo el comic “Coses del Sud” que aunque estuvo dibujado y guionizado por el artista Tarraconense Ramon Sarlé, el argumento era de mi autoría y pude supervisar todo el trabajo. También hay que apuntar que en el breve periodo de optimismo que nos brindó el dichoso virus en octubre, pudimos presentar ambas obras con un éxito notable.


 

   ¿Y algo más? Pues supongo que ya sabréis que también este año se publicó el primer número de la revista digital “Cronicas epatantes” de la que ya hablé en la entrada y acordé una colaboración con la revista “Monovar” que se publicará en breve y llevará un relato de mi autoría ilustrado por el señor Sarlé.

   Resumiendo diré que no ha sido un mal año a pesar del varapalo de la cancelación de la gira y que a veces hay que sacar provecho de las tormentas para navegar más rápido, aunque sea en una dirección no prevista de antemano.

   ¿Y para el año que viene? Es pronto para decirlo porque todavía queda un mes, pero la idea es seguir ahí, escribiendo, quizás sacar otra entrega de la “Saga Wonderland”, quizás el segundo número de “Crónicas epatantes” y en la tele hasta que me echen por decir cosas raras. Y por supuesto, la idea es seguir con este blog, subiendo actualizaciones, artículos y a partir de enero también algunos relatos, porque como creo que ya he dicho más arriba, se me están acumulando de mala manera.

   Un saludo, feliz fin de año y atentos porque me pasaré por aquí de vez en cuando y os vigilaré.

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